martes, 18 de junio de 2013

Especial. El Retablo de Nuestra Fe (II) - Jaén 15/05/2013

I. Ntra. Sra. de las Angustias
María de Nazaret hija de Ana y Joaquín es la elegida por Dios para encargarle la misión más grande que jamás allá existido, traer al mundo al rey de la humidad, Jesús de Nazaret.
María es el mejor modelo de Fe para los cristianos, pues es con ella es con la que se comienza la Fe hacía Dios y su Divino Hijo. Acepta sin dudar la misión que Dios le da.
ELLA, mejor que nadie conoce la Pasión de Jesús, ya que la padeció en cada momento.
María de Nazaret, Madre de Jesús es quien se encarga de relatarnos la vida de su hijo en “El Retablo de Nuestra Fe


II. Ntro Padre Jesús de la Salud en su Entrada Triunfal en Jerusalen
"Id a la aldea que está frente a vosotros, y en seguida hallaréis una asna atada, y un borriquillo con ella. Desatadla y traédmelos.
Si alguien os dice algo, decidle: “El Señor los necesita, y luego los enviará.”
Todo esto aconteció para cumplir lo dicho por el profeta, cuando dijo:
Decid a la hija de Sion: “He aquí tu Rey viene a ti, manso y sentado sobre una asna y sobre un borriquillo, hijo de bestia de carga.”
Los discípulos fueron e hicieron como Jesús les mandó.
Trajeron el asna y el borriquillo y pusieron sobre ellos sus mantos, y él se sentó encima de ellos.
La mayor parte de la multitud tendió sus mantos en el camino, mientras otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino.
Las multitudes que iban delante de él y las que le seguían aclamaban diciendo: —¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
Cuando él entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió diciendo: —¿Quién es éste?

Y las multitudes decían: —Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea."


III. Ntro. Padre Jesús Salvador en su Santa Cena
Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y lo bendijo, y lo partió y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo convenio, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.
 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.


IV. Ntro. Padre Jesús Orando en el Huerto de los Olivos
Salió Jesús, como de costumbre, al monte de los Olivos;
y lo siguieron los discípulos.
Al llegar al sitio, les dijo: "Orad, para no caer en la tentación".
Él se arrancó de ellos, alejándose como a un tiro de piedra
y, arrodillado, oraba diciendo:
"Padre, si quieres, aparta de mí ese cáliz.
Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya".
Y se le apareció un ángel del cielo que lo animaba.
En medio de su angustia, oraba con más insistencia.
Y le bajaba el sudor a goterones, como de sangre, hasta el suelo.
Y levantándose de la oración, fue hacia sus discípulos,
los encontró dormidos por la pena, y les dijo:
"¿Por qué dormís? Levantaos y orad, para no caer en la tentación".


V. Ntro. Padre Jesús del Amor en su Prendimiento 
Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón. Había en ese lugar una huerta y allí entró con ellos. Judas, el traidor, también conocía el lugar porque Jesús y sus discípulos se reunían allí con frecuencia. Entonces Judas, al frente de un destacamento de soldados y de los guardias designados por los sumos sacerdotes y los fariseos, llegó allí con faroles, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que le iba a suceder, se adelantó y les preguntó:  «¿A quién buscan?».Le respondieron:«A Jesús, el Nazareno».El les dijo:«Soy yo».Judas el que lo entregaba estaba con ellos. Cuando Jesús les dijo: «Soy yo», ellos retrocedieron y cayeron en tierra. Les preguntó nuevamente: «¿A quién buscan?». Le dijeron: «A Jesús, el Nazareno».Jesús repitió:«Ya les dije que soy yo. Si es a mí a quien buscan, dejan que estos se vayan».Así debía cumplirse la palabra que él había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me confiaste». Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja derecha. El servidor se llamaba Malco. Jesús dijo a Simón Pedro: «Envaina tu espada. ¿Acaso no beberé el cáliz que me ha dado el Padre?»


VI. Ntro. Padre Jesús de la Piedad en su Sagrada Presentación al Pueblo  
Desde ese momento, Pilato trataba de ponerlo en libertad. Pero los judíos gritaban: «Si lo sueltas, no eres amigo del César, porque el que se hace rey se opone al César». Al oír esto, Pilato sacó afuera a Jesús y lo hizo sentar sobre un estrado, en el lugar llamado «el Empedrado», en hebreo, «Gábata». Era el día de la Preparación de la Pascua, alrededor del mediodía. Pilato dijo a los judíos: «Aquí tienen a su rey».Ellos vociferaban:«¡Sácalo! ¡Sácalo! ¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «¿Voy a crucificar a su rey?». Los sumos sacerdotes respondieron: «No tenemos otro rey que el César».Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucifiquen, y ellos se lo llevaron.


VII. Ntro. Padre Jesús de la Caída
Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado «del Cráneo», en hebreo «Gólgota». Allí lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en el medio. Pilato redactó una inscripción que decía: "Jesús el Nazareno, rey de los judíos", y la hizo poner sobre la cruz. Muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad y la inscripción estaba en hebreo, latín y griego. Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas: "El rey de los judíos". sino: "Este ha dicho: Yo soy el rey de los judíos"».Pilato respondió: «Lo escrito, escrito está».


VIII. Ntro. Padre Jesús de la Pasión Despojado de sus Vestiduras 
Los soldados... cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo.


IX. Stmo. Cristo de la Humildad
Después de beber el vinagre, dijo Jesús: «Todo se ha cumplido». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu.


X. Stmo. Cristo Yacente
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús -pero secretamente, por temor a los judíos- pidió autorización a Pilato para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se la concedió, y él fue a retirarlo. Fue también Nicodemo, el mismo que anteriormente había ido a verlo de noche, y trajo una mezcla de mirra y áloe, que pesaba unos treinta kilos. Tomaron entonces el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas, agregándole la mezcla de perfumes, según la costumbre de sepultar que tienen los judíos. En el lugar donde lo crucificaron había una huerta y en ella, una tumba nueva, en la que todavía nadie había sido sepultado. Como era para los judíos el día de la Preparación y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.



XI. Ntro. Padre Jesús en su Gloriosa Resurrección
Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Angel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Al verlo, los guardias temblaron de espanto y quedaron como muertos. El Angel dijo a las mujeres: «No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba, y vayan en seguida a decir a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea: allí lo verán». Esto es lo que tenía que decirles».


lunes, 17 de junio de 2013

Especial. El Retablo de Nuestra Fe (I) - Jaén 15/05/2013

María Stma. de la Paz (Hdad. de la Borriquita) 


María Stma. de la Caridad y Consolación (Hdad. de la Santa Cena)


María Stma. de los Desamparados (Hdad. del Huerto)


Ntra. Sra. de la Esperanza (Hdad. del Perdón)


María Stma. de la Estrella (Hdad. de la Estrella)


María Stma. de la Amargura (Hdad. de la Amargura)


María Stma. de la Victoria (Hdad. de la Resurrección)